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Ma. Gabriela y Akira

Akira llegó a nuestras vidas de manera imprevista, nosotras jamás pensamos que existiría la posibilidad de tener un perrito. Un día de agosto  apareció en la casa mi hermana mayor con ésta cuchurita, que necesitaba ser cuidada y querida.

 

Así pues la adoptamos, nos encariñamos muchísimo, hasta mi mamá que desde que tengo memoria había dicho que no le gustaban los perritos, le agarro mucho aprecio, claro le tomó algo de tiempo acostumbrarse.

 

Cuando se fracturó su patita trasera izquierda, estábamos muy preocupados y podría decir que un poco frustrados, le dolía mucho y es que como le explicabas lo que había pasado, y sus efectos. Me gusta pensar que les reconforta el que estemos ahí a su lado, dándole amor y cuidados, con paciencia y con el tiempo se fue recuperando, claro que no volvió a quedar igual físicamente. 

 

Sin embargo eso no le impidió aprender en su entrenamiento, pues a pesar de su condición no se le exigió menos que a otros perritos, que no han sufrido tal trauma y aprendió todos sus comandos y los ejecutó a la perfección.

 

Ella antes de su fractura corría, saltaba, era muy juguetona y aún lo es, su condición no la privó de seguir haciendo lo que le gusta  y me enorgullece decir que es una perrita feliz. A ella  no le importa si tiene una patita diferente de las demás y de los demás, y a nosotras tampoco nos importa, con cada día que pasa la queremos más, simplemente no imagino el estar sin ella.

 

Ellos son fuertes, son sobrevivientes, creo que lo único que no resistirían es que los dejes de querer o que los abandones.

 

Así que cuídalos, ámalos, ofrécele tu lealtad y ten por seguro que ellos estarán siempre contigo. Recuerda que para ellos tú eres lo único en el mundo, tú eres su mundo. 

 

Gracias a AtencionCanina por el apoyo, el cariño, la atención y disposición  que en todo momento le brindaron a Akirita y a mi persona para el buen aprendizaje del entrenamiento.

 








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