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Andrea - Lucho

Lucho llegó a la casa de 6 semanas, era un cachorro adorable aunque un poco malas pulgas. Luego de un tiempo vimos que era un perro posesivo y la condición para que se quedara en la casa es que no mordiera a nadie (a mí me mordió pero nunca dije nada), y que lo entrenara para que controlara su  carácter.

Primero lo llevamos a una escuela en la que el primer nivel lo hizo bien, pero luego no quiso hacer los comandos, se volvió más posesivo y desobediente y en esta primera escuela no nos dieron las herramientas para lograr que el perro hiciera caso y realizara sus comandos.

Ya triste porque Lucho no iba a ser un perro obediente que no tuviese que encerrar cada vez que venía visita (cosa que me entristece porque él es un miembro de la familia y no tiene por qué ser encerrado cuando hay visitas), conocí a Rafael en una feria, le enumeré una larga lista de problemas que, al parecer, tenía Lucho y nos dio la oportunidad de comenzar las clases en AtenciónCanina.

En su primera clase estaba un poco temeroso de los hombres (supongo que algo sucedió en su otra escuela, porque él no tenía este temor antes), pero luego de la primera clase, gracias al cariño, paciencia y profesionalismo de los entrenadores, mejoró bastante su carácter y comenzó a hacer caso y mi paciencia y estrategias para manejarlo aparecieron y han ido mejorando a lo largo de las clases y los problemas comenzaron a desaparecer.

Ahora son pocas las veces que lo encerramos cuando viene visita, obedece a los comandos y estamos controlando mejor el carácter.

Lucho muere de emoción cada vez que tenemos que “ir al colegio”. Él AMA a sus entrenadores!!!

Mil gracias por ayudarnos a tener un perro más equilibrado!!!!! El aprendizaje continua!

Andrea Pérez Cardona

 








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