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Giuliana – Máximus

 

Mi nombre es Giuliana, tengo 25 años. Tengo un Dálmata mestizo de 5 años llamado Máximus. Es un perro noble, juguetón, cariñoso y súper educado.

Hace aproximadamente un año, mi familia y yo nos mudamos de hogar. Este cambio afectó bastante a Máximus, no lograba adaptarse al nuevo hogar, se sentía muy inquieto y con problemas de ansiedad. Esta inquietud lo llevó a comportarse agresivo hacia las personas desconocidas al punto de morder a una persona.

Luego de este suceso, busqué ayuda y me encontré con Atención Canina. Los contacté a través de correo electrónico y muy poco tiempo después, recibí respuesta y cita para hacer la evaluación inicial. De ahí, el entrenador Rafael Villarroel, me sugirió tomar el curso de Socialización para resolver la inquietud de Máximus con los extraños. Las primeras clases fueron un poco estresantes tanto para Máximus como para mí, ya que yo no estaba habituada a que Máximus respondiera de manera tan negativa con otras personas. Los entrenadores hablaron mucho conmigo, explicándome las razones de su comportamiento y como poco a poco lograríamos nuestro objetivo, pero que tenía que ser un trabajo en equipo.

Durante los entrenamientos, los entrenadores lo llevaron a todos los puntos en los cuales él se sentía incómodo y al llegar al punto del ladrido o gruñido se le corrigió. Estos puntos eran: hacerle cariño cerca de la cara, en el pecho, intentar abrazarlo, acercarle la cara y en acercársele de manera frontal y rápida.

Este fue un proceso largo pero poco a poco Máximus se fue adaptando y entendiendo que no todas las personas son una amenaza. En una de las últimas clases, decidimos introducir al señor que Máximus había mordido, para asegurarnos de que no existieran más problemas de este tipo, Máximus aceptó al señor y hoy en día se comporta de manera normal.

Luego de finalizar la sesión de Socialización, Máximus volvió a ser el perro tranquilo y cariñoso que tanto queremos. Para continuar con nuestro entrenamiento, tomamos el siguiente nivel, una mezcla entre Obediencia Básica e Intermedia, ya que Máximus sabía varios de los comandos de Obediencia Básica pero había que reforzarlos.

Este nivel fue mucho más entretenido tanto para Máximus como para mí, ya que las prácticas las pudimos adaptar a nuestro día a día, e incluir a mi familia en las actividades. En este nivel practicamos el “Sit” automático, el “Stay” por un tiempo prolongado, y el “Anti soborno”.

De los tres, el más difícil para que Máximus aprendiera fue el Anti soborno, ya que él es muy glotón y está acostumbrado a que diferentes personas le den premios en mi casa, así que los entrenadores se enfocaron más en practicar este comando.

En mi casa lo tomamos como un juego, entre todos le ofrecíamos a Máximus premios y no los podía recibir hasta que yo le diera el comando. Poco a poco él fue entendiendo y el día de la evaluación, cumplió los comandos a la perfección incluyendo el anti soborno.

Mi experiencia con Atención Canina ha sido muy agradable, no fue solo para corregir algunos detalles en el comportamiento de Máximus, sino también, hice amistades nuevas tanto con los entrenadores, así como compartir la misma pasión por los perros con otras personas. Pude involucrar a mi familia tanto en la casa como en las clases y así, poder entender y acercarme aún más a Máximus.

Nuestro próximo paso será completar el nivel de Obediencia Intermedia, para que Máximus siga siendo el excelente compañero que es y que siga impresionando a las personas con todas sus habilidades.

Les agradezco muchísimo a todos los miembros de Atención Canina, ya que sin ellos Máximus no sería el perro feliz, equilibrado y amistoso que es hoy en día.

 








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