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Pastor Holandés

Los pastores holandeses vienen de una raza antigua. En tiempos pasados, los pastores y los granjeros necesitaban de un perro versátil, un perro de muchas aptitudes y adaptable al trabajo duro (rusticidad). Estos perros combinan el estar alerta y vigilantes con la habilidad de reaccionar instantáneamente, y una tendencia a “mantener la ley y el orden”, justo lo que se necesita para controlar un rebaño de ovejas. Son cariñosos, obedientes, dóciles, despiertos, vivaces, fieles y atentos.

En el pastoreo normalmente necesitan menos liderazgo que otros perros de pastor como el Border Collie que dependen del dueño en gran medida pero que son muy obedientes, pero sí más que el Pastor Catalán, que tiene un carácter muy independiente.

El pastor holandés como el pastor belga es un perro rústico, con mucha energía y que necesita mucho ejercicio diario. Si se le pasea a menudo y se juega puede ser un perro muy tranquilo y muy adaptable, pero la falta de ejercicio lo puede convertir en un perro aburrido y con comportamientos destructivos.

Necesitan dueños firmes y enérgicos que no sean agresivos, que les proporcionen un liderazgo efectivo y decidido pero sin nada de violencia. Los pastores holandeses son muy protectores con sus familias y tolerante con los niños.

Son unos perros muy adecuados para hacer cualquier tipo de actividad deportiva. Son perros fuertes y resistentes, se adaptan bien a casi cualquier clima, aunque prefieren los climas fríos y templados a los cálidos, y a casi cualquier situación.

Al igual que los belgas, son buenos para el Agility y otros deportes de carácter lúdico, pero también son muy adecuados para tareas de vigilancia y defensa, para los cuerpos de salvamento y de rescate, y para las unidades caninas tanto de los cuerpos policiales como de los militares.

En cuanto a las tres variantes, la de pelo corto suele ser la elegida por los cuerpos de seguridad para su mayor vitalidad y energía, mientras que las otras dos (pelo largo y pelo duro) se consideran más adecuadas para los deportes y como animal de compañía, porque son un poco más reposadas y más fáciles de tratar.

Por otro lado uno no debe etiquetar cada gruñido o cada ladrido inmediatamente como comportamiento dominante. Tenga presente que el holandés es un tipo de perro muy comunicativo, algunas veces solo debe dar paso a sus sentimientos, cálmelo con una palabra suave o una sonrisa, y todo estará bien.

Trate de ponerlo en su lugar por la fuerza en una sola ocasión y pronto tendrá en sus manos el problema que trato de evitar, sin embargo, no es necesario tratar al perro bruscamente, es muy sensible al tono de tu voz y del humor (ambiente) en la casa, un fuerte “NO” puede significar más que jalarle su cadena.

Para una persona razonable y de mente clara con habilidad para leer el lenguaje corporal canino (de hecho no es tan diferente como el lenguaje corporal humano) con sentido del humor y sentido de lo que es justo, un pastor holandes sería una gran elección.

Siendo naturalmente activos y curiosos, les encanta ir contigo a todos lados, ya sea de excursión o en un viaje de varios días o simplemente al supermercado.

El entrenamiento de obediencia está bien siempre y cuando no se convierta en una rutina espantosa, caso en el que se aburren y son muy infelices. Esto significa que el entrenamiento debe contener suficiente variedad para mantener al perro ocupado.

 








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